jueves, 20 de mayo de 2010

Nuestro viaje a Girona

Vista de Girona

Decidimos marchar a Girona allá por Semana Santa. Ha llovido la tira desde entonces, pero hasta hoy no había tenido el suficiente tiempo como para dedicarle las líneas que se merece un viaje tan maravilloso.

Quedamos en Barcelona. Marta había ido allá unos días antes. La muy jetilla, había visto unos días antes a Zulu 9.30, hecho éste muy valioso para poder darme cierta envidia. Pero, bueno, podemos pasar por alto este capítulo. Abrir el periódico y ver que hay una exposición sobre el maestro Fellini es una suerte. Saber que tienes gran parte de la tarde para poder ir a verla al Caixa Forum, es un alivio. Poder ver todas las fotos que había, haciendo referencia a gran parte de muchos aspectos de su genial filmografía, es un lujo.

Nuestra participación en una de las salas de la exposición
¡Pintar tu propio fotograma con personajes de Fellini es la diversión sin límite!

Amanecimos con la calma. Teníamos tiempo de sobra para coger el tren de cercanías que nos llevaría a Girona. Preparados, vimos como se acercaba el tren hasta nuestro emplazamiento. Poco a poco, nuestras mentes iban dándose cuenta de que, con todas esas cabezas allí metidas, las nuestras, seguramente, no cabrían. Así fue. Los cuatro míseros vagones que conformaban el tren continuaron su trayecto sin unos cuantos pasajeros que, indefensos, veían como se marchaba y se iba perdiendo en la lejanía. Un cero inmenso para Renfe por no haber previsto que era día de escapada.

El hambre comenzaba a hacer acto de presencia. La majadería de nuestros actos se apoderaba por momentos de nuestros cuerpecillos rumberos. Pasamos dos horas de sol de infierno. Pasamos dos horas de risas y besos.

Sólo nos quedaba manifestarnos.

Girona nos acogió bien, a pesar de mi tropezón inicial en la Plaza Mayor en el que casi me caigo de morros. Era nuestro día de toma de contacto y de dar nuestros primeros pasos siguiendo la recién inventada, por nosotros, "ruta de las fuentes". Fue la noche en que descubrimos el bar de "nuestras amigas", donde saboreamos una deliciosa quesadilla de chorizo y una riquísima enchilada. El chupito final al que nos invitaron cerró una ya activa jornada que preludiaba todo lo que aún nos esperaba.

El tren de cercanías nos llevó hasta Figueres. Es extraño que no exista un autobús que lleve desde Girona. Fue extraña la discusión que presenciamos en una de las ventanillas de la estación. Fue demencial lo que nos sucedió el segundo día cuando quisimos partir de Barcelona a Girona. Y lo que es bizarro es el "autobús-cafetera" que comunica Figueres con Cadaqués y viceversa.

Vista de Cadaqués.

En Cadaqués, un porrón de gente. En Cadaqués, una paella, rica, rica. En Cadaqués, la compañía de Eva y la pequeña Concha. En Cadaqués, bonitas calles de color blanco que irradian luz por los cuatro costados. Y, si te fijas bien y tienes la misma gracia que una empanadilla, podrás ver el "Colegio Público Cadaqués aprendo más".

Callecita de muros blancos y detallitos azulados.

Tras la despedida, en Girona, de nuestras acompañantes en la bonita villa blanca sita al borde del mar ya se respiraba en el ambiente la noche de bailoteo y marcha... La cenita en el hogar iba preparando nuestros cuerpos para un Sábado nuit de traca. ¿Pero dónde carajo iríamos si los bares no nos los conocemos? Es fácil, seguiremos a unos "raperos". Opción errónea. La noche que avanza y nuestra indecisión que se nos adueña.

Escena 01: Aparición de los quillos navarros. Van algo embriagados, pero parece ser que han encontrado algo. Un bar de ska. ¡Bien!

Escena 02: Marta y servidor siguen a los navarros.

Escena 03: Marta y servidor ponen cara de breva. El bar no es lo esperado. Recuerda al Potoka, pero en pequeño y con un porronazo de gente. Deciden seguir buscando.

Escena 04: Tras preguntar a los de FCC, nos recomiendan "La Pedra" y nos indican por donde guiar nuestros pasos. Y que hacen estos dos pendejos: ¡ni puñetero caso! Bueno, algo tiene que ver que ese par de quillicos zaragozanos se desorientaron...

Escena 05: Llegamos a "La Pedra", que no es otro que: "La sidrería de los vascos".

Escena 06: Marta y servidor se introducen en el mismito bar en que dejaron a los quillicos navarros. Beben unas chelas y se lo pasan bien hablando y escuchando ska.

Escena 07: Se cierra el bar y se alejan para, de nuevo, dar más y más vueltas.

Girona de noche

Al llegar a la puerta de "Los Bohemios" la desazón entra por momentos en nuestros cuerpos. Llevamos zapatillas con no sé qué de blanco y no podemos entrar. Mas, el quillo de la puerta nos observa en nuestro desánimo y nos indica que nos introduzcamos por la otra puerta. La música: desde Estopa a cierta canción del verano (con baile de Marta coreografiado incluido), pasando por Los Fabulosos Cadillacs y Molotov, no sin olvidar algún temiqui que suene mil veces en la radio. Nada más entrar, y al poco de pedir nuestras chelas, anuncian que van a dar a todo el bar a un chupito gratis. Acabábamos de entrar y ya la noche prometía. Bailes, chelas, tequilas... hasta que se apagó la música. Sólo quedaba llegar al hostal y dejar descansar nuestros cuerpos de rumba.

Amanecimos no muy tarde. Aún nos dio tiempo a pasear por los jardines antes de que la lluvia cayese copiosa entre las calles. Tras la comida, accedimos al Museu del Cinema, una visita imprescindible apara aquellos/as que pasen por la bonita ciudad de Girona. Allá, realizamos un recorrido, en mi opinión, acertado y muy didáctico que hace comprender de manera sencilla e interactiva como se fueron dando los avances e inventos necesarios para que, finalmente, se llegase a crear el cine.

Fachada del Museu del cinema

La comida del Lunes en Barcelona, después de una cañita con olivas en una soleada terraza, ponía fin a nuestra estancia por tierras catalanas. Se había pasado rápido nuestro pequeño periodo de vacances, pero había sido tan intenso y maravilloso...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué guay la entrada...he vuelto a recordar momentos que ya creía olvidados.

Y genial el dibujo de protesta...no nos quedaba otra que imaginar...

Petons fins al cel...

closada dijo...

hasta el cielo... y más allá.