domingo, 9 de mayo de 2010

La Vela Puerca en DeVizio

La primera vez que vi a La Vela Puerca fue hace ya seis años, allá en el 2004. Fue en Pirineos Sur y tocaban con Macaco. Recuerdo que no tenía con quien subir; pero, la Diosa de la Fortuna, esta vez, se puso de mi parte y, en Formigal, se hallaban trabajando mis queridas hermanas Córdoba. Así que no sólo tenía alojamiento, sino que, además, ya sabía que, al menos, íbamos a ser tres los que presenciaríamos juntos el concierto.

Había escuchado dos discos: Deskarado y De bichos y flores. Obviamente, los llevé para poder escucharlos por la tarde, en Formigal, junto a mis anfitrionas. Intuíamos que iba a ser una gran velada y así fue. La Vela, un grupo que había conocido unos pocos días antes, nos había hecho bailar sin parar. Allá, ya supe que formaría parte de mi pequeña disquería mundial.

Mi segundo encuentro con esta formación fue hace dos años: Viña Rock. Fue el mismito día que mis queridos Karamelo Santo (vuelvo a reseñar que para mí fue el mejor concierto de todos y ese año hubo un nivelazo que no se ha vuelto a dar) y, a pesar del cansancio ya adquirido con los anteriores, no pude dejar de bailar y corear sin parar durante todo el concierto.

Pero, quedaba lo mejor. Desde Uruguay a Zaraguaya, en una sala pequeña como es la Devizio, venían a mostrarnos como suenan en la cercanía esta banda que, efectivamente, se había asentado en mi pequeña disquería mundial. ¡Buf, fue genial! Un ambiente maravilloso (me recordó un poco al de No Te Va Gustar), acogió a La Vela Puerca, que nos ofreció dos horitas de concierto. Un repaso a los temas más representativos y emblemáticos de su discografía nos dejó con ganas de más. Contundencia, ritmo, cercanía, profesionalidad, y un ambiente festivo y genial, para presentarnos su último trabajo: Normalmente Anormal. En qué se tradujo, todo esto: en unas canciones que me ayudaron a volar...


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