lunes, 15 de marzo de 2010

Alien dejó de ser lo que era...

Continué, durante estas noches pasadas, visualizando el resto de películas de Alien pertenecientes a mi querido pack: Alien. Quadrilogy. He acá el resultado:

Aliens. El regreso

Toma las riendas el señor Cameron, ese mismo que nos llevó a las pantallas el gran timo: Avatar. Después de ver dos de sus últimos pestiños, Titanic y la mencionada Avatar, reconforta observar que, en algún momento, este director hizo cosicas buenas. Una de ellas fue, sin duda, Aliens. El regreso. En ella, lo que fue un filme de terror pasó a ser, en la segunda entrega, una película de acción con marines y, sobre todo, la asombrosa y querida teniente Ripley.

La verdad es que realizar una secuela de una película tan grande como Alien era un papelón. Y Aliens. El regreso, aunque no llegue a la altura es bastante correcta. Aunque posee un guión coherente y más o menos sólido, pierde la profundidad de los personajes. Quizás por no hacer una mera repetición, se decide dar un cambio y ya no sólo hay un alienígena dispuesto a matar. Hay muchos, rápidos, violentos y con muy malas pulgas. E incluso hay una gran Reina ponedora de huevos que impresiona nada más verla.

No obstante, hay escenas que sobran, sobre todo, aquellas que se dejan llevar por la sensiblería propia la factoría Disney. Me refiero a esos enternecedores momentos que se dan entre la niña y la teniente Ripley. ¡Buf! Me ponían de mala leche, la verdad.

Asimismo, la práctica desaparición de alienígenas, en la recta final, hace que pierda fuerza y credibilidad. ¿Dónde carajo se han metido? En el fondo del mar, matarile rile rile...

Pero, bueno, tampoco vamos a ser tan quisquillosos. Aliens. El regreso, aunque no llegue al nivel de la primera, es una buena y digna continuación de Alien.

Alien 3.

Para mí, la peor. En ésta, el guión es ridículo. Por un lado, todos esos cristianos de tres al cuarto, a los que hay que sumar un chalado que obedece al Alien (como si fuese Renfield en Drácula). Sin olvidarnos de ese final que muestra una Ripley redentora cayendo con el símbolo de la cruz... ¡Mátame camión!

Como puntos buenos, tenemos que el señor Fischner recupera la visión de la primera: un solo alienígena, pasillos oscuros y claustrofóbicos y nada de chorradicas sentimentaloides. Es más, se carga a la niña y al marine incluso antes de empezar la película, jejejeje. Pero, nuestro querido monstruo es distinto, correteando de lado a lado y apareciendo en numerosas ocasiones. Esto hace que pierda la fuerza y el suspense de la primera. Por no mencionar lo lamentable que supone que nuestra teniente favorita no sea objeto de la persecución del alien...

En definitiva. Una película que, sin ser del todo mala, tampoco es para echar cohetes. Quizás, la mayor putaílla es que es imposible no tener Alien como referencia.

Alien. Resurrección

De nuevo regresamos a una película de acción; pero, esta vez, a manos de Jean-Pierre Jeunet, el director de Amelie. Creando una estética más Barroca, crea una atmósfera inquietante y bastante opresora en la que se irá desencadenando una trama cargadita de viscosidades e imágenes purulentas. Lo malo es que se pierde, esta nueva entrega, en un guión pasado de rosca en el que, otra vez, encontramos a una Ripley fuera de peligro por la amenaza alienígena. Quizás, lo mejor es que, a pesar de ser de nuevo una película de acción, recupera el suspense perdido en las anteriores.

Para mí, algo mejor que la anterior, aunque con algunos momentos que me exasperan un poquito. Que se llegue, en su desproporcionada ida de olla, hasta ese bicho blanco, nieto de Ripley, es realmente majadero. Si no fuera porque hay momentos que llegan a angustiar...

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