sábado, 20 de febrero de 2010

Estopa en la Sala Multiusos de Zaragoza

Ayer me fui a ver a Estopa. La verdad es que no soy fan de este grupo y, es más, apenas había escuchado canciones de estos quillos de Cornellá. No obstante, he de reconocer que es un grupo al que le tengo cierto respeto. Los motivos que me llevaban allá eran otros que se sitúan fueran del ámbito musical. Era importante estar allí, así que fui con predisposición de disfrutar y pasármelo bien.

La Multiusos estaba a reventar. Llegamos como bien pudimos a la barra y, justito cuando íbamos a pedir, comenzó el concierto. Tan sólo unos quince minutos más tarde de la hora convenida aparecía Estopa sobre el escenario y el público asistente se volvía loco de euforia. Me detuve al lado de Marta y vi su rostro, con una sonrisa muy amplia, bastante emocionado. Fue entonces cuando nos montamos en un Seat 124 (permítanme la licencia de introducir mi coche favorito), con Raúl al volante, Rubén de copiloto, y Marta y servidor en la parte de atrás, pues así pensé que le hubiera gustado vernos. Nos íbamos de "Vacaciones", así que dábamos palmas y rumbeábamos de lo lindo. Rubén nos miró sonriente. Nos dio las gracias por estar allá, nos guiñó el ojo y nos ofreció una sonrisa... Terminó la canción. Detuvimos el coche y Rubén abrió la puerta. Descendió lentamente y nos dijo: "Bueno, chiquetes, yo me bajo ya. Ahora me voy por allá, a bailar por mi cuenta. Tranquilos, que estaré bien y, además, mi energía va con vos y disfrutaremos juntos el concierto"



Dicho y hecho. Canción tras canción, nos echábamos algún que otro bailecito. Nos reíamos, rumbeábamos y estábamos contentos. Tanto, tanto, que de pronto se paró el Mundo. Estábamos solos, agarrados, bailando, con la sala a oscuras y un foco iluminándonos...

"Pero si me dejas yo te canto una bossa nova
y no te voy a dejar ni un minuto sola.
Si te dejas llevar como el mar lleva a las olas
hasta las rocas".

El concierto duró aproximadamente dos horas. Cuando terminó, estaba contento por haber acudido a ese evento. No sólo por el motivo que me había llevado, sino también porque, ¡qué carajo!, es una de las bandas más importantes de la rumba, acá, en España.

"Pa, pa pastillas de freno
A toda pastilla
Salpicaderos,
Comienza mi pesadilla
Muy pocos ceros en mi nomina ilegal
Yo como firmé un contrato
No puedo parar, parar, parar, parar"...

Para vos

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