lunes, 28 de septiembre de 2009

Haciendo pupa a Boogaloo

Iba caminando con Marta. Llegamos a la altura de la Calle Palafox y vi a Boogaloo en una extraña posición. -"Han intentado robarla", pensé. Nos acercamos a ella y observé atónito que tenía la rueda delantera fuera de su sitio y que las tuercas que la sostienen habían desaparecido. El sillín estaba levantado y la cadena trasera (esa que une sillín, parrilla, cuadro y rueda), totalmente rota. Tardamos un buen rato en colocar la rueda en su sitio. Afortunadamente, una tuerca estaba en la parrilla y la otra en el suelo, al ladito de mi querida Bici Vampiro.

La tomé del manillar y nos fuimos al hogar. Esta noche ha dormido allá, en el salón de casa. Será su nuevo alojamiento nocturno hasta que le pueda comprar otra cadena.

Me han preguntado por qué no la guardo siempre en casa. Mi respuesta sigue siendo la misma: negativa total. Será porque estoy tarado, o porque sigo creyendo en la posibilidad de un Mundo en que las personas respeten a las cosas de los demás. Es por eso que siempre defenderé que mi pequeña y querida Boogaloo pueda dormir y descansar plácidamente en la calle. Es un deseo que tengo: que los velocípedos sean respetados y podamos dejarlos sin miedo bien aparcados.

Eso sí, sé que la Bici Vampiro se defendió de lo lindo ¡Que se creían pendejos/as!

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