viernes, 14 de agosto de 2009

Pi

El otro día me puse Pi en la computadora. Me habían hablado bastantes veces de ella, así que por fin tocaba visualizarla.

Grato era poder verla en V.O.S.E. (no como sucede en los malditos cinemas zaraguayanos), así que la predisposición ya era positiva. Levanté el respaldo de la mía cama, y le di al play...

Grabada en blanco y negro, sorprende por la potencia de sus imágenes. Unas imágenes que, sin duda, hacen referencia visual a la inestabilidad del protagonista: un taradillo obsesionado por encontrar la lógica matemática que rige al "universo" y así, por medio de secuencias matemáticas, poder conocer el devenir de las cosas. Con ese inicio argumental, poco a poco, nos vamos adentrando en un thriller un poco trillado.

Hasta acá, tutto va bien. No obstante, hay cierta cosilla que no logra convencer al espectador. Mucha matemática y vaina de esa, pero un poco difusa y sin una explicación medianamente coherente. El número Pi, que no vuelve a aparecer. Lo pardillos que son "los malos"...

A pesar de ello, creo que es una muy buena película que, quizás, aunque se sirva de esa excusa matemática chorras de un número de 216 dígitos (que parece ser que contiene la clave de todo, incluso del nombre de Dios), intenta hablarnos de algo mucho más importante: la pérdida de la vida, tanto por la ambición como las obsesiones, que conducen al aislamiento y la pérdida de sociabilización.

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