martes, 17 de febrero de 2009

Otra política en otra sociedad

Este epígrafe acompañaba a una teoría denominada radical y que, ciertamente, en la actualidad se presenta bastate utópica (pero que a este pequeño ser le encanta), en una las asignaturas favoritas, si no la más, que he cursado en la carrera: Política Social.

Reconozco mi amplia trayectoria vital como defensor del comunismo, vertiente económica que más se adaptaba a mi forma de pensar. Más, como comentaba Anaïs Nin, sabia en estos menesteres, cada día estoy más convencido de que "el marxismo sea una solución para las miserias del hombre. Porque no sirve para curar la violencia que hay en el hombre, y solamente resuelve las necesidades materiales. Pero en el proceso de solución, al igual que ocurre en el proceso de pragmatismo norteamericano, todos los demás valores quedan destruidos". Sí, soy claro defensor de las ideas marxistas, no puedo negarlo. Mas, al estudiar esta asignatura, llegó a mi conocimiento esa teoría que se acercaba, todavía más, a mi manera de entender el Mundo. Voy a resumirla brevemente:

En primer lugar, plantea la "necesidad de una revolución". ¡Muy bien! Este punto me gusta. Es sabido que soy ferviente defensor de una revolución porque creo que este sistema capitalista de economía globalizada no se sostiene por ningún lado. Mi esperanza está puesta en esta nueva crisis económica mundial... Eso sí, una revolución pacífica, sin derramamiento de sangre, y que llevase a una nueva concienciación del peso ciudadano para los seres humanos. Podríamos pasar a convertirnos, de esta manera, otra vez, en personas en lugar de seguir siendo dinero, que es lo que somos en la actualidad.

"Debe cambiarse el sistema económico y ponerlo a disposición de las necesidades de la población y no de un sistema perverso que termina produciendo necesidades para tener que producir bienes para la consecución de beneficio privado". Cierto, ciertísimo. El sistema capitalista, basado en la producción del benefico privado y en el crecimiento económico, no sólo remarca diferencia, competitividad y desigualdad, sino que, además, tiene que crear esas continuas necesidades para poder seguir sosteniéndose.

"Debe de cambiarse el estilo de vida, abandonando el consumismo derrochador y de ostentación de estatus: si se consume para ser más y no para satisfacer necesidades es absurdo. Debe romperse la ideología del privilegio y buscar soluciones colectivas a los problemas colectivos. Sólo deberá producirse lo necesario para vivir todos dignamente y no para ofrecer bienes cuyo consumo sirva para demostrar que uno es superior al otro". Por fin, se abandonaría toda esa estúpida vaina de malgastar dinero en mil y una pendejada que no sirve para nada más que para la ostentación y el demostrar poder y superioridad ante el prójimo. Eso si que sería un gran avance hacia la desaparición de las clases sociales...

"Hay que democratizar y descentralizar la toma de decisiones. La democracia no puede ser votar una vez cada equis años y dejar todo en manos de los políticos". Claro que sí. Bueno, eso debiera hacerse ya, jejeje, con o sin revolución. Somos una democracia demasiado pobre, pinchegüeis.

Entre otras soluciones, se plantea la "necesidad de un 'sueldo ciudadano' que cubra las necesidades no ya del trabajador, sino del ciudadano por el hecho de serlo. Con este concepto se designa 'el derecho de acceso de cada uno a la riqueza social' que, mediante su trabajo intermitente contribuye a producir. Sólo así es posible una autoayuda por placer".

Me vienen a la cabeza términos como solidaridad y colectividad... Se me pasa por mi destartalada mente la idea del fin de la marginación y de la exclusión social en términos económicos... Se me antoja un mundo más igualitario, sin competitividad (ya no haría falta tener y tener más), sin corrupción, sin explotación... ¡yuuuum! Me gusta soñar que aún es posible.

Como se nota que he terminado exámenes ¿eh? Ya puedo escribir largas parrafadas con la tranquilidad necesaria.

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