miércoles, 17 de diciembre de 2008

Interior

Es como lo que percibo. Algo se removió en mi interior. Algo que me hizo sufrir como pocas veces en mi vida. Y volvió a suceder. Fue unos segundos. Fue sin querer. Pero, me chingó. Removió algo en mi interior. Y éste se volvió negro.

Ahora, soy negro. Ahora, algo se oprime por dentro. Y lucho, lucho, pero cuesta... Espero que se vaya pronto, porque no lo merezco, porque no lo merece. Estoy mal, porque no me había pasado algo así con anterioridad. Y, claro, no lo comprendo.

Ahora, soy blanco, porque sé que está en mí quitarlo. Porque sé que es mío y, sin duda, está en mi poder aniquilarlo. Ahora, soy blanco, porque no me afecta para ningún otro ámbito y, mientras escribo, una sonrisa, aunque tímida, florece en mi insomne rostro.

Yo soy el que lo siente, porque no lo merezco, porque no lo merece...

Hoy tomé un café, de mañanita, y me sentó realmente bien. Sólo puedo darle las gracias, por estar allí. Hoy tomé un café, de mañanita, y volví a comprender. ¡Soy una fuente!

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