sábado, 9 de agosto de 2008

Viaje a Italia: Montesilvano

Los días en Montesilvano, discurrían entre la playa y las visitas a sitios cercanos. El día 18, después de comer scrippelle 'mbusse (crepes dentro de caldo de pollo), nos fuimos a Pescara a la búsqueda de musiqueta que traerme. Con la imposibilidad de comprar algún CD de Roy Paci (esta agotado en todos los sitios), me hice con el último de Sud Sound System (me llevé el último de la tienda). Por la noche, volvimos a la misma ciudad, puesto que actuaba en un parque un grpo de percusión y baile africano: Baobab.


La motoneta nos llevaba a nuestros destinos. Las pintas que llevamos son tremendas.

Seguidamente, quedamos con los compinches de Daniela. Fuimos a un kiosko playero a tomar birra. Allí, Daniela, quedaba ensimismada por la aparición de un quillico que le atraía; los baños se llenaban de gente esperando; la política alteraba a nuestros acompañantes y, cuando por fin nos adentramos en el baile, se acaba la música...

Día 19. Día de playa. Primero, con la familia de Daniela. Por la tarde, con sus compinches. Por la noche, cenita para que probase los famosos pinchos: arrosticini. Un paseito por Silvi y a dormir.


El día playero nos sentó realmente bien

El día siguiente, traía uno de esos sucesos graciosos que le dan salsa a la vida. Levantábamos temprano para ir a la montaña. La idea era ir a Scanno, pero la gran orientación de Daniela nos llevo a confundir la carretara y, finalmente, acabamos en la playa: Vasto. El calor, insoportable. Yo creía morir. Así que después de unos baños y la comida, había que refrescar un poco el cuerpesssito rumbero con algún refresco. Quedé perplejo al ver a la abeja Maya secuestrada en una máquina. Intentamos rescatarla; pero, no fuimos afortunados y quedó atrapada.


Nuestro intento de rescate falló. Malditos secuestradores de Mayas ¡grrrr!

Tras la visita a Atri y la cenita de rigor, a Citta S. Angelo, a un festival con cosicas tradicionales. La quedada con compinches, tan absurda como extraña por las vueltas que dimos, hizo que llegásemos tan tarde que ya no quedase na' de nada. Por lo menos, probé los arancini, unas pelotas típicas sicilianas bien cachondas.


Esta foto es de auténtica pareja cómica. Buah, si me reí mientras se preparaban para la foto...

Sólo quedaba un día, así que había que emplearlo para realizar recados, compras, grabaciones... y despedirse de los compinches de Daniela. Así se hizo, por supuesto.


Con los compinches de Daniela. Era la foto de despedida.

A las 9.00 cogía el autobús con destino a Roma, donde llegué totalmente hambriento. Recuerdo que al ver a los carabinieri, quedé un poco triste. Ya no saldría o entraba en casa de Daniela con el sonoro grito de ¡¡¡Ciao, Carabinieri!!! Ya apenas me quedaban unas horas para estar en España.

No hay comentarios: