lunes, 16 de junio de 2008

Una de cal y otra de arena

El Viernes, nada más salir del trabajo y llegar a casa, recibía una de esas sorpresas que me llenan de entusiasmo e ilusión. Era una carta de una quillita a la que quiero un "porronsito" en la que iba una pulsera (que me había comprado en un viajecillo rumbero), una foto (nuestra primera foto juntos), y una carta de esas que te tocan el corazón... ¡Gracias, quillita!

El Viernes, por la noche, nada más salir de casa y salir a la diversión, recibía una de esas noticias que me llenan de pesadumbre y preocupación. Eran las palabras de una quillita a la que quiero un porrón, y en las que me indicaba una muy delicada operación. Desde aquí toda mi energía para que salga bien y sin ninguna complicación... ¡Un besico, quillita!

No hay comentarios: