martes, 2 de octubre de 2007

Death Proof


Ayer fuimos a ver la última película de Tarantino. La fortuna hace que pueda verla en V.O.S.E. Es lo que tiene estar en una ciudad donde las salas todavía mantienen un cierto respeto por el espectador, no como en la patética (culturalmente hablando), ciudad en la que habito.

Ciertamente, esta película es una majadería, una gran gilipollez. Y sin embargo, me gusta. Es un film hilarante, con diálogos ridículios de “quinceañeras” sexualmente activas (sobre todo en la primera parte), amantes del cine más casposo de la serie B, de ese de coches que se persiguen y tienen toda clase de accidentes (para la segunda parte, en la que los diálogos mejoran notablemente). Es una película, como es habitual en Tarantino, llena de guiños a sus films favoritos, e incluso a su propia filmografía.

Yo la considero totalmente prescindible, una película en que Tarantino lo único que ha querido es divertirse y homenajear a aquellas películas que le han fascinado. Y sin embargo, creo que no hay que perdérsela, porque, al igual que el director se divirtió al filmarla, entretiene totalmente al espectador. Sí, divierte, engancha, y la sigues con interés. Pasas de la risa al suspense, a la intranquilidad, en un segundo, un gran mérito que consigue en una película que sorprende por su carácter lineal, y no fragmentado en el tiempo.

Como siempre, la banda sonora es buenísima. Este quillo tiene una música cojonutta, jejeje.

En definitiva: una grandiosa gilipollez que no te puedes perder.

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