lunes, 28 de mayo de 2007

Madrid: Exposiciones varias, locuras de siempre

Ayer, fui a votar. Me tocaba en la Romareda (aún sigo empadronado allá, no te jode), y había un quillo que conozco (que raro), en la mesa donde debía de ejercer mi derecho. Después de eso, a currar… buf.

Como ya es costumbre en mi ajetreada vida, los planes y yo no estamos muy unidos. Es cierto, hace ya que decidí no planificar las cosas en demasía, porque siempre se truncan (por lo menos en la mía vita), y así no me quedo con cara de breva, jejejeje. Y es que, al comenzar la semana, prácticamente tenía decidido irme a Barcelona a ver a los Abyssinias, un grupo legendario de reggae que tocaba en la Sala Apolo. Sin embargo, una nueva noticia hizo que mi atolondrada cabeza cambiase de destino: Madrid. No podía perderme la inauguración de la exposición de aquellos que están becados en la Casa de Velazquez. Sí, mi querido Javi (además de Greta y otros/as quillos/as que conocí en mi anterior visita), mostraba sus obras, así que este pequeño ser tenía que acompañarle en semejante evento. La intención: salir el Miércoles al medio día para llegar justito a la inauguración y volver el Jueves a las 7 de la tarde para trabajar en el Calaveras.

Tras comprarme dos discos de segunda mano, llegué a la casa de Velázquez. Ya había un montón de gente, así que entré un poco aturdido. Afortunadamente, vi a Carlos quien me indicó que mi compinche estaba por allí rulando. Di una vueltecilla y empecé a encontrarme a esas caras conocidas con las que compartí días de descanso, teatro, fiesta… hasta que di con Javi. Pinchitos, tapitas, vinito… Hola Greta. Oh, ma chèrie Helene! Anda, si también ha venido Marta… Y la camarera, bien maja ella, alimentándonos: “Guapa, más que guapa”. Le digo con simpatía y agrado.

La exposición, pues como suele ser costumbre. Cosas buenas y cosas no tanto, jejejeje. Ya se sabe, que en esto del arte todo es muy subjetivo y, desde mi humilde punto de vista, pues el nivel dejaba un poquito que desear. Pero, bueno, para gustos los colores y yo voy rompiendo unos cuantos rotuladores. Y, seguidamente, la fiesta. Aparece un tal Fernando, amigo de Carlos, que tiene un gusto muy similar al mío: por fin alguien que no es muy afín al cine de Almodóvar ¡Yiiihaaa! Y su opinión de la exposición, muy parecida a la mía. Lo pasamos de muerte, entre risas, críticas cinematográficas, adoraciones a Bergman y ceremoniosas actitudes a la hora de preparar unos cubatas a mis queridos comensales y compañeros de coloquio. Esa noche soy un pequeño sátiro… ¡Pues que así sea!



Calle de Válgame Dios (mi pose, de Salvatrucho)



Santería Milagrosa

Prontito a la cama, que estamos cansados. Amanece, no es muy tarde, así que escuchamos música un rato largo (está lloviendo en Madrid y da pereza salir). Después de comer, miramos la agenda cultural: “Me quedo, quillo, vamos a cambiar el billete para mañana, y así vemos la exposición de Isabel Muñoz”. Dicho y hecho. La vuelta a Zaragoza para el Viernes a las 9 a.m.

Montaje de la exposición

La exposición: una joyita. Retratos de quillos/as pertenecientes a las maras (de marabuntas) de El Salvador: La Mara Salvatrucha y la Mara 18. Las fotos, preciosas, de gran belleza. Sí, si lo piensas bien, dignificar asesinos es bastante heavy; pero, más allá del contexto, lograr un resultado tan maravilloso, es fascinante. Así que disfruto, por fin (desde hacía tiempo no lo lograba), con una exposición de fotografía. No, si cuando digo que el retrato es lo único que me interesa es por algo… Además, aprendo nuevos signos de manos del lenguaje de los Salvatruchos: he podido ampliar mi repertorio.


La mara salvatrucha posando en la cárcel

Tomamos un bocadillo de esos que te preparan en una alimentación: jamón de york con queso ¡Yuuuum! Y, seguidamente, decidimos que marcharemos al Círculo de Bellas Artes, ya que le han seleccionado una fotografía a Greta y es la inauguración. No sé muy bien de qué carajo va el asunto, pero lo patrocina una tal Nuria no sé qué, y se dan unos premios. La cosa es que Javi y yo, con nuestras pintas, entramos como Pedro por su casa y acudimos al evento. Nada más llegar, vemos como disparan un montón de flashes a una quilla y que yo me doy cuenta de que es actriz. Al ladito de ella, Laura Pamplona. Es como en la tele, típico fondo blanco con dibujillos en el que se paran los/as famosos/as para ser fotografiados y rodados por las cámaras. Vamos, que estamos en el típico “sarao” que sale después en Corazón, Corazón, y que piensas que tú nunca estarás allí…



¿Irene Visedo? y el quillo de Al salir de clase

Entramos a la sala de exposiciones. Vemos a García Alix, demacradito el tío. Cuanto famosillo en tan poco tiempo, pienso yo… Y de repente, el quillo que salía en Un paso adelante que hacía de gallego. A mí esto ya empieza a mosquearme, y el calor que hace es horripilante. Vamos hacia la puerta. Más y más flashes: entra Pilar López de Ayala (extremadamente delgada). Seguidamente, el quillo que protagoniza Tapas; luego, Carmen Maura; después, otro tipo de Al salir de clase y una actriz de pelo rizado realmente guapa de alguna serie o película (Irene Visedo, creo); también el que hacía de Quimi en Compañeros, el tipo este que salía en Todos los hombres sois iguales y después en Paraíso (Luis Fernández Alvés), otra actriz… ¿Pero dónde carajo nos hemos metido? Yo no entiendo nada. Menos mal que Javi, Helene, Clot (que casi no le dejan entrar porque había que estar apuntado en no sé que lista VIP) y yo estamos juntos en esto, que si no a mí me da algo. Es curioso que una inauguración se convierta en un simple acto social. De hecho, casi toda esta panda de actores y actrices no se dirigen a mirar las obras. Se quedan en la cercanía de la puerta hablando y poco más. Lamentable, pero bueno…

De las obras poco que contar. Fotografías correctas que apenas dicen nada. Eso sí, vaya pedazo de objetivos deben de tener estos fotógrafos/as ¡Yo también quiero! Jajajaja El primer premio, pues bastante flojo; el segundo, irrisorio; había una mención de honor que era para morirse… Vamos que había obras mucho más destacables que tan sólo habían sido expuestas; otras, que habían sido expuestas y eran pura basurilla; y las ganadoras, que, en mi opinión, no se merecían esos galardones.

Los cuatro compis de exposición decidimos irnos a tomar algo. Desde arriba, visualizamos la pedazo de cena que se ha preparado. No se entera, pero vemos a Greta y la fotografiamos.

Greta en la cena (aunque no se distinga na' de na')

De camino a nuestro bar de tapeo, Cristina Rosenvirge (o como se escriba), al ladito de unos árboles de mentirijilla. Croquetas y tortilla española sacian nuestro apetito. Clot se tiene que ir, así que Javi, Helene y yo nos vamos a jugar al Tabú. Jajajaja, es brutal este juego. Nos lo pasamos en grande adivinando palabras mientras los mojitos refrescaban nuestras gargantas. Gracias por el mechero, quillita, ¡es una auténtica bomba!

Árboles falsos (son rechulos y coloridos)

Momento glorioso en La Vaca Austera: Un tipo pinchando Los Saicos:

¡echemos abajo la estación de tren!

demoler, demoler, demoler, demoler

¡echemos abajo la estación de tren!

Nos gusta volar estaciones de tren

¡Brutal! Escuchar esto en un bar era demasiado… Los Saicos, ese grupo peruano de los años 60 llevaba un rock’n’roll garajero súper guarro en la sangre, y a mí me hacía bailar y cantar a destajo. Obviamente, me acerqué al DJ y le di las gracias por darme el privilegio de vivir ese momento. Seguidamente, más garaje, más baile guitarrero en nuestros cuerpos, hasta que se encienden las luces y termina la musique.

Cuando cierran, al Barco, un bar de música bastante ecléctica, desde el funky, pasando por el rock, hasta el dance o el rap. ¡Aquí vale todo! Hablamos con una pareja en la puerta. Entramos y los tres estamos dispuestos a darlo todo en el baile y… como decían en el 1, 2, 3 ¡Hasta aquí puedo contar! ¡Ay, que bien! Siempre me había apetecido terminar así, jajajajaja. Si es que, mi homenajes y yo… Bueno, y que recordar mi maltrecho cuerpo de Viernes en el autobús de regreso y en el trabajo no me hace mucha ilusión que digamos, jejejeje.

¡Madrid fue brutal!

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