lunes, 2 de abril de 2007

El Vez


Han pasado 11 años desde aquella vez que lo vimos en directo en la King-Kong, sala que cerró hace años. En aquella ocasión, no sólo fue un directo, fue una noche de locura y diversión. El concierto, un verdadero espectáculo, una auténtica revolución, un estallido de rock’n’roll. Después, al Cráneo, donde la fiesta nos llevó a los numerosos bailes con El Vez, Priscilita, el Flaco... Y seguidamente ¡ay! Seguidamente… Simplemente nos dejamos llevar. El Kezka, momento vital inolvidable en mi existencia. Se nos fue la olla, la cacerola, el puchero; pero, que carajo, lo pasamos de miedo. Una gran bola de nieve que crecía y crecía mientras las Coronitas pasaban por mis manos. Y un viaje en coche ¡Brutal! El coche, inmenso, de esos de rocketas que te cagas. Y en el asiento de atrás, con El Vez, Cam… y Jul… ¡Vamos, que nos vamos! El Rey se marcha y vamos a acompañarlo.

“Pues, un por dinero, dos para la show
Tres estamos listos… arriba, arriba, arriba

Pero no pises mis huaraches azules,
Pues haz lo que quieres, no pises mis huaraches azules.

Pega mi cachetada, toca mis shoes and you’ll be sorry
Mess up my hair all covered with mousse
Pero, uh, uh, vato lay off of them shoes

Pero no pises mis huaraches azules,
Pues haz lo que quieres,
no pises mis huaraches azules… I feel like dancing”


Conservo de aquella noche: La entrada, firmada por El Vez, Priscilita [xxoo], Flaco [Cristian, su eres Diablo!!], ¿? [Cristian. Gracias por el buen tiempo en el Cráneo]; una camiseta que nos regaló El Vez antes de subir al autobús; y, aunque es de días posteriores, una postal que me envió el Rey desde Asturias. Bueno, y un recuerdo maravilloso de una de las noches más locas y divertidas de mi vida.


Han pasado 11 años y tocaba verlo, en La Casa del Loco, en esta ocasión. Llegamos y están tocando The Phantom Four, los teloneros surferos. Correctos, sí señor. Pronto saldrá El Vez… Allá está, elegante, vestido de blanco… y comienza The Gospel Show. El Rey es nuestro reverendo, y nos ofrece sus alocadas enseñanzas espirituales. Este quillo, la verdad, se lo curra. A su lado, Lisa María, a la batería Flaco… Allí están, 11 años más tarde. Sigue siendo un espectáculo ver como El Vez se cambia de ropa cada dos o tres canciones: Brutal como Rey de los Aztecas; flipante como demonio, todo el de rojo; La camisa de lentejuelas que me encanta; también, al más puro estilo Elvis las vegas… y más, y más.

“Oh sí, I’m a lowrider, oh sí that’s what I am
Oh sí, I’m a lowrider, oh sí that’s what I am
Sí, yo tengo uno chevy
Impala ’59, yeah that’s my ride

Well I’m going down to Whittier
Going to cruise down the boulevard
Well I’m going down to Whittier
Going to cruise down the boulevard
Then we’re going to mi casa
Going to have fiesta in my back yard.”

Esta noche es distinta. He de marcharme, así que me perderé dos canciones. Sí, el concierto coincidía en fecha con mi pinchada en el Voltaire. Eso sí, me voy con la satisfacción de comprobar que, en el escenario, había vuelto a ver al Rey.

¡GRACIASLAND!

Llego al Voltaire. La mesa pa’ pinchar no está. La trae Conchi, que está de camino. Esto no es normal, carajo. Llega y la intentan conectar. Falta un cable ¡Ay que joderse! Al final, vamos a intentarlo de la manera más cutre y rudimentaria del mundo; pero, bueno, hay que intentarlo. La 1.00 y parece que, al fin, voy a poder pinchar. ¡Pues no! ¡No me jodas! Me lo tomo con tranquilidad, a pesar de que podía haberme pillado un cabreo del carajo. Sin embargo, pues, quillos/as, que le vamos a hacer… Miro a mi álbum: esta noche no te utilizaré. Hay un reproductor, así que pondré primero Chuana y Kuisi Vol. 2 y, seguidamente, Chuana y Kuisi Vol. 1. Es otra manera de pasar la noche.

Sábado de locura. María y dos compinches. Calaveras. Allá está Natalia, Sylvia, Adriana, Carmelo… y ¡buah! ¡Me regalan la Luna! La nuit transcurre con diversión, a pesar de que tengo que entrar a pinchar un rato. Luego, una vez más, la frase de moda, aquella que ya sé que va a sonar antes de que sea pronunciada. C’est la vie ma chèrie!

Domingo y sin plan. Mal, mal… Menos mal que está Daniela. Del café, pasamos a la cena. De la cena, al cine. Del cine a las fotos. Cada día más compinches. Disfruta tus días en el hogar, con esa playa y ese mar, quillita. Compañeras de piso de lo más variopinto. Me caen bien, sí, sí. Un día, quillitas, nos iremos de juergui, que tenéis que conocer el Calaveras.

Y hoy, sueño. Cansancio acumulado de tanto trabajo nocturno. Entre semana, para clase. En finde, para los/as quillos/as juerguistas. Tocará dormir algún día…

¡GRACIAS… GRACIASLAND!

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