martes, 6 de febrero de 2007

Tres luces

Hoy vuelvo a las tres luces, como hice algún tiempo. En aquel entonces, narraba un viaje estupendo. Hoy, vuelvo a ellas, porque es triste sentir que hay personas que te decepcionan. Las luces unen dos momentos y, a pesar de todo, sólo queda sensación de tristeza. Es la putada de los duendes, que nunca se enfadan. A pesar de todo, me quedan muy gratos recuerdos. Repetí Nochevieja, y en ésta ya no llevaba sombrero. Sí, espero que aún queden calles de inesperados encuentros. Una, delante de mí; la segunda, en mi rostro; la tercera, a mis espaldas, muy tenue, azulada, como el mar. Lunes, día de fragmentos.

“Está saliendo el sol, parece paraíso…”

Me encanta esta cita de Anaïs Nin:

“X se contenta con un fluir de las personas que para él no son vitales. Dedica a este flujo su tiempo, su energía, sus ideas, su conversación, su correspondencia, pero no se da a sí mismo. Cree que así se comunica con el mundo”.

Y yo, aquí, entre la yuca y la palma, comunicando para toda la Galaxia.

Hoy me compré la revista Geo. Está dedicada a mi querida y linda Colombia. Sería bonito que os hicierais con ella. "Colombia. Adiós a las nubes". Una vez, ayudé a quitar nubes; pero, volvió a coger el paraguas. Deseo que cojas sombrilla, que, en Colombia, hay sitios con mucho Sol, de ese que saluda al despertar.

El Lunes, como el Domingo. Un anuncio inesperado. Así, por móvil, por mensaje, tan frío… Y mientras, unas fotos que no están, a pesar de que el Miércoles me dijeron que era hoy el día adecuado para recogerlas. ¡Me chingaron, pero bien! Mañana, médico; media mañana perdida (por cierto, me van a tener que hacer radiografías). Miércoles, a llevar las fotos; media mañana perdida. Y el Jueves examen. ¡Me chingaron, pero bien! Unas fotos que no están y, otras, que no sé si llegarán. Un mail inesperado. La alegría de leerlo. Pues claro, lo contesto. Te avisaré, no lo dudes.

Mi bambú se murió. Lo conservo podrido. Siempre me olvido de tirarlo. Hubo una planta que se llamó Pibe. Ahora, al mirar al bambú me he acordado de ella. Supongo que esa planta perdió el corazón y, por eso, se murió mi bambú. Menos mal que yo no soy una planta, y mi corazón bombea.

“Caminando por la carretera, no para, bombea…”

María. “María Guazas” se llama en mi móvil. Nos conocimos en el Calaveras y siempre quedamos allá. Bailamos como locos. Jajajaja, al final conseguí que te gustase Juanes. Los bailes, las risas, nos llevaron a las confidencias. “Eres el mejor del Calaveras”, me dijiste. El Sábado, “El mejor, sin más”. Es cierto, nos debemos un café. Gracias

Hoy, estuve con tres luces.

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