lunes, 11 de diciembre de 2006

Ha muerto Pinochet

Hace unos minutos he visto en algún noticiero la información de la muerte de Pinochet. Ahora mismito, mientras elaboro un trabajo para clase, he recibido un sms de Paula. En el pone: “Pinochet ya no respira y el aire es más puro en el mundo. Un recuerdo para sus víctimas y una maldición para sus seguidores. Pásalo”. Claro, lo he pasado, quilla; pero, obviamente no es suficiente para mí. Así que dejo el trabajo de clase aparcado unos minutos (los que hagan falta), y voy a redactar mi pequeña aportación, que para algo tengo este blog, jejejejé.

Ya, en una ocasión, plasmé en mis escritos la canción “Te recuerdo Amanda”, del chileno Víctor Jara. Ahora, como no, voy a escuchar algunos de sus discos mientras preparo esta nueva entrega. Él fue una de las víctimas del dictador, sólo por cantar, sólo por expresar lo que pensaba, sólo por preferir un mundo de paz y libertad. El 11 de Septiembre de 1973, las Fuerzas Armadas a sangre y fuego tomaron el poder. Bombardearon la Moneda y por última vez se oyó la voz de Allende...” no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos...”
Víctor fue torturado y asesinado en el Estadio Chile.
Así que hoy, como homenaje a todas las víctimas, dos canciones:


VIENTOS DEL PUEBLO

De nuevo quieren manchar
mi tierra con sangre obrera,
los que hablan de libertad
y tienen las manos negras;
los que quieren dividir
a la madre de sus hijos
y quieren reconstruir
la cruz que arrastrara Cristo.

Quieren ocultar la infamia
que legaron desde siglos,
pero el color de asesinos
no borrarán de su cara;
ya fueron miles y miles
los que entregaron su sangre
y en caudales generosos
multiplicaron los panes.

Ahora quiero vivir
junto a mi hijo y mi hermano
la primavera que todos
vamos construyendo a diario;
no me asusta la amenaza,
patrones de la miseria,
la estrella de la esperanza
continuará siendo nuestra.

Vientos del pueblo me llaman,
vientos del pueblo me llevan,
me esparcen el corazón
y me avientan la garganta;
así cantará el poeta
mientras el alma me suene,
por los caminos del pueblo
desde ahora y para siempre.


EL MARTILLO

Oh hermano, oh hermano.

Si tuviera un martillo
golpearía la mañana,
golpearía en la noche
por todo el país.
Alerta el peligro
debemos unirnos
para defender
la paz.

Si tuviera una campana
tocaría en la mañana,
tocaría en la noche,
por todo el país.
Alerta el peligro
debemos unirnos
para defender
la paz.

Si tuviera una canción
cantaría en la mañana,
cantaría en la noche,
por todo el país.
Alerta el peligro
debemos unirnos
para defender
la paz.

Ahora tengo un martillo
y tengo una campana
y tengo una canción que cantar
por todo el país.
Martillo de justicia,
campana de libertad
y una canción de paz.

Oh hermano, oh hermano
y una canción de paz.


Con esto quiero no sólo hacer un homenaje a todas aquellas víctimas, a aquellos/as desaparecidos/as, que quedaron en Chile, sino también a aquellos/as que quedaron en España en tiempos de aquel dictador cuya escultura ecuestre aún puede visitarse en Santander. Son muchos/as los/as fusilados/as, son muchas las fosas, son muchos/as los/as que se quedan en el olvido. Tan sólo es un granito de arena, pero así se empiezan las dunas.
Un beso para todos/as

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