lunes, 13 de noviembre de 2006

Desventuras Cántabras - Octubre

1 de Octubre de 2006

Hola, mis pequeños/as seres interestelares,

Ya estoy de nuevo en Zaragoza, aunque sea sólo unas horas. Para satisfacción mía ya no ha sucedido nada extraño durante el viaje. Ya sólo una pequeña anécdota que refleja un poco los sucesos "paranormales" de mi acontecer diario. Llego el Viernes (ayer) al hotel. Como y me pongo a trabajar con el ordenador. ¡Uy! Me voy a cepillar los dientes ¿Con qué? ¿Dónde carajo está mi cepillo? Quillos/as, no sé cómo pero había desaparecido. Bueno, pienso, luego me compro uno…

Ceno y decido ir a por el cepillo. Claro está, a buscar una farmacia de guardia. Pregunto por la calle donde está. La mujer no tiene ni idea. Me manda para la dirección que ella cree. De camino, caigo: Anda, esta calle es donde esta la iglesia de La Virgen del Puerto. Voy para allá. ¡Ay! La fortuna no está de mi lado… es justo al final de la avenida. Pero, bueno, al menos he acertado.

Llego a la farmacia. No hay nada más ridículo que ir a las 10.30 de la noche a comprar un cepillo de dientes a una farmacia de esas que tienen compartimiento para dejar el producto y el dinero, y encima tener que pagar con un billete de 50 €. Pero, no sólo eso, sino que tener que aguantar a un hombre que está detrás de ti, y que diga: "esto es demasiado". ¡Pues sí, señor, lo es! Qué le voy a hacer, así es mi vida, caótica…

Y, ahora, estoy en autobús. He decidido ponerme a currar, mas no había caído que los papeles los tengo en la maleta. Ah, por cierto. Ayer estuve toda la tarde preparando una sorpresa para los abuelotes. Un cd con imágenes del recorrido (fotos que he ido haciendo), para proyectarlo en el dvd del bus y, así, que refrescasen lo visto y que tuviesen un mejor recuerdo… Pues, claro, pensáis bien: el dvd no lo ha leído. Toda la tarde pa' qué, pa na'…

La cita… para el martes, que he de prepararla.

15 de Octubre de 2006
Bueno, bueno, el mail de hoy no tiene precio. Es una recopilación de todos aquellos que os ido escribiendo a lo largo de la semana y que no he podido enviaros. Tenéis un buen rato de lectura… muchísimo rato, jejejejejé.

Hola esmerados lectores de interminables correos "eléctricos",

Mis viajes siguen deparándome un sin fin de sorpresas. Como podréis suponer la racha de sucesos extraños no cesa.

Este viaje empezó el Domingo, como siempre. Afortunadamente, partíamos a las 8.30. A pesar de eso, dormí tan sólo una horita, así que podéis imaginar el sueño que tenía durante todo el trayecto… ¡Horrible! Llevaba un "cuerpo jotero…" La muerte negra, payos/as, la muerte negra.

El día, por lo demás, transcurrió tranquilo. Yo ya pensaba que la mala racha había finalizado ¿Lo hará algún día? Empiezo a dudarlo, jejejé. ¡Ay! Ingenuo de mí. Parece ser que no soy consciente de que los astros y mis queridos y múltiples diosecillos se lo están pasando pipa conmigo y no van a cesar de hacerme granujadas. Hoy, otra vez, he tenido que llamar al Seguro para transportar a una mujer a Laredo. Mi tarde de visita en Santoña ha consistido en acompañar a esta mujer y su marido a urgencias. Después, he ido al bar que tiene WI-FI, he pedido una caña sin alcohol y he encendido el ordenador. Nada más realizar estas acciones, me llama la mujer: "que el médico quiere comentarte una cosa". La cerveza de trago, el ordenador al carajo… mi tarde se va evaporando ante mí: una vez más el destino me depara un poco de "diversión". Acudo y, claro está, he de gestionar el traslado de la mujercita al hospital de Laredo. Llamo al seguro, que enviará un taxi y, como no, me quedo con el matrimonio hasta que éste llegue a la puerta de donde nos encontramos. Estas visitas son las que me gustan, hay que joderse.

Llego al hotel y, después de cenar, me he venido a recepción, que posee zona WI-FI. ¡Qué guais! Pienso. Conexión excelente ¡Yiiiihaaaaa! No detecta el servidor. ¡Que coño pasa ahora! Pues que hay que comprar una tarjeta… 6,50 € la hora. ¡Mis huevos se me han caído de golpe y ni siquiera han rebotado! Se me ha quedado una cara… de verdad, eso es un robo. Si con 5 horas pagas la conexión de un mes a tarifa plana, incluyendo masaje, sauna y entrada gratis para el espectáculo que más te guste de tu ciudad. Nada, sólo me queda llorar como Zipi y Zape y sus lágrimas saliendo cual fuente urbana de céntrica rotonda abarrotada de peatones y automóviles, cansados de ir de aquí para allá en un cansino destino y sin sentido.

Una cosa que me ha hecho ilusión. En el bar de Santoña del WI-FI, al otro lado de la barra, entre las botellas, he visto como un recuerdito de Colombia, con su pequeña banderita y todo. Claro, le he preguntado a la camarera. Menos el jefe, los/as currelas son de Colombia. Claro, no hemos podido más que sonreírnos y expresar lo lindo que es este maravilloso país. Ya está, estoy deseado que llegue el Lunes que viene para ir de nuevo allá, saludar a esta simpática quilla y, si no ocurre nada extraño, poder enviaros más de mis aventurillas.

¿Enviaros? No sé, quizás hago caso al consejo de Ana A. y creo un blog de esos. Por un lado, a mí me ahorraría tiempo y a vosotros/as os quitaría de la bandeja mis innumerables e infatigables mensajes. Pero, por otro, lo veo tan frío, tan ajeno a la cercanía que busco con cada una de las cosas que voy realizando… No sé, no sé. Ya veré ¿Qué opináis? Quizás, es verdad, la gente participe más. Buf, no sé que haré. Ya me estoy poniendo nervioso, jajaja… el hombre tranquilo ha hablado.

Por hoy, eso es todo amigos/as. Me voy a ver SAW, la peli esa que es tan comentada y que puede que me guste o la odie para toda la eternidad.

Ya es Martes y, de veras, me están entrando unas ganas de dejar este trabajo… Si sigo así voy a acabar por enfermar a todos los abueletes de Zaragoza ¡Carajo!

Lo primero. Ayer escribía que iba a ver SAW. Me equivoqué. Compré sin querer SAW II y no he visto la primera parte. Afortunadamente, creo que no hace falta; pero, bueno, hay que joderse con la mala pata que tengo, leña.

La mujercita de ayer llegó bien al hotel. No obstante, lo más seguro es que en Zaragoza tengan que someterla a una operación delicadilla para corregirle una cosa (no voy a poner qué, porque son cosas que considero personales y por respeto me las quedo yo), así que la pobre está preocupadilla. Normal, carajote, normal…

Pues, hoy, estando en el Real Sitio y Santuario de Covadonga, mientras subían mis abuelucos en los taxis destino a los Lagos de Covadonga, a otra de mis mujercitas han tenido que trasladarla en ambulancia hasta Cangas de Onís debido a que le han entrado fuertes mareos. Por lo visto, el cambio de presión, vértigo o qué sé yo… Nada, nada, lo mejor es que me he enterado por el tipo que lleva el servicio de taxis. Nos llama a Manolo (mi compañero), y a servidor de ustedes, y nos dice que una de nuestras clientes ha sido trasladada en ambulancia… Manolo me mira y yo, claro está, ya lo pienso; pero, él lo dice: Va, seguro que es tuya… De quién si no. ¡Normal! Joder, los del seguro, a este paso, van a preguntar quien es el guía, y cuando salga mi nombre se negaran a firmar, jajajá.

Lo peor está por llegar. Ya en el autobús, tengo que oír a una de las mujercitas que se sienta detrás de mí: Christian, ya he tocado madera y todo, porque, niño, tienes la negra. Ya van dos… ¡Ay! Pienso, si tú supieras lo de la semana pasada… jejejé.

Y por la autovía, una moto, un atasco, la policía… un cuerpo tapado con una "sábana" blanca y "toallas" llenas de sangre. Sólo veo la sangre y unos botines de piel marrones asomándose por el poco trozo de cuerpo que queda fuera del sudario… Al otro lado, un casco destrozado y una moto con las "tripas" descuartizadas. Lo que me faltaba para terminar la excursión de hoy.

Sólo llevo aquí desde el Domingo, y anda que no han pasado cosas. Como el temporal ¡Hostias! Me ha despertado a las 4 de la madrugada. Parecía que iba a levantar el tejado del hotel (duermo en la buhardilla), lo juro. ¡Vaya miedo! De camino a Covadonga, muy cerquita de donde me hospedo, caravanas destrozadas, algunas volcadas, algunas encima de otras; árboles arrancados, troncos partidos; nubarrones ennegrecidos de irremediables destrozos nocturnos que han ofrecido paso al Sol de la mañana…

Y sólo llevo dos días…

Hoy es Miércoles, otro de esos días en los que mi gran fortuna hace acto de presencia. Ya no sé que os he contado y qué no; pero, hoy, dentro de una nueva aventureta espacial os contaré novedades, gratas sorpresas, pequeñas alegrías para mi chico cuerpecito rumbero.

Esta mañanita, todo ha ido bien. Buen tiempo, fabulosa "pirula" en Comillas (pero no lo sabíamos, que conste), y compra de buenísimas películas en San Vicente de la Barquera a precios irrisorios ¡Vivan las colecciones de DVD's de las papelerías! Mas la tarde salió un poco mal parada y mi retorno a isla vino marcado por la pesadumbre de una tarde un tanto aciaga. Después de visitar Castro Urdiales, tocaba el turno de Laredo. Es una población que no tiene mucho que ver, la verdad, pero le he cogido cariñete al pasear por sus calles de la puebla vieja, comerme una manzanita o una pavía, sentarme con algún/a abuelete/a a tomar una cañita sin alcohol… Sin embargo, mientras legábamos ha empezado a caer una lluvia torrencial (casi no se veía nada). Claro está, todo el autobús ha pedido que volviésemos ya a Isla. Obviamente, yo he preguntado si estaban seguros hasta cuatro o cinco veces. La respuesta, siempre afirmativa. Pues nada más salir de Laredo que ha pasado… Obvio, quillos, que soy yo: ha salido el Sol. Así que, en Isla, a las 7 de la tarde, sin nada que hacer, y sin nubes encima de nuestras cabezas. Como me joden estas cosas…

He aprovechado para preguntar si hay algún sitio para utilizar Internet en este maldito pueblo. Cómo va a existir aquí. Nada, cuando acaben no sé que edificio que están construyendo (seguro que lo acaban cuando me vaya yo, jajajaja). Mientras tanto, si quiero utilizarlo, a Castillo. ¡Olé, con olé!

No paro para disgustos, jejejejé.

Lo bueno, que he empezado de nuevo a correr. Sí, llevo toda la semana corriendo por Isla cuando legamos de nuestra ruta diaria. Me hago un recorrido circular de unos 25 minutos a buen ritmo (para mí), en los que tienes que subir y bajar cuestecitas, porque este pueblo no es muy plano que digamos. Al menos, me he quitado esa sensación que tenía de dejadez proporcionada por estar todo el día sentado en el asiento más incomodo del mundo de los autobuses: el del copiloto. Y hablando del autobús. El conductor me cae como el culo. Típico conductor que escucha Cadena Dial, que se cree el jefe de la ruta por Cantabria y que hace comentarios sexuales que ni me van ni me vienen, o despectivos sobre los abueletes (no lo soporto). Me dice, como si me mandase, el tiempo que les tengo que dar en cada localidad (entonces yo, para jorobar, les doy un poquito más que de costumbre, jejejejé); hoy, se quería ir del hotel sin esperar diez minutitos de cortesía (siendo la primera vez que se retrasaba alguien); me increpa por no saber bien cómo se llama la salida a tal o cual localidad o área de servicio (chico, cuando la vea ya te diré cual es, que a mí por nombres…). ¡Buf! ¡Insoportable!

También, por ahora, estoy consiguiendo lograr un reto que me propuse la primera semana: comprar algo relacionado con los osos en cada viaje que haga de ruta a Cantabria. Ya me he comprado, por orden: primera semana: un collar de cerámica con la huella de oso (súper difícil de encontrar, pues ya lo intenté en Navarra y no pude); segunda semana: un llavero de madera con la huella de oso (jejejé, muy original), un par de postales (esto no cuenta por la facilidad); tercera semana: un peluche; cuarta semana: una camiseta que me guste y me vaya a poner (y esto sí que estaba chungo, porque hay cada horterada…); además, me he comprado un oso en una bolsita con el nombre de Cristián. No suelo comprarme estas cosas pero, a parte de la ilusión y el buen rollo que me meten los osos (por algo soy uno de ellos, cosa que ya le dije a un grupo de mis yayetes), lo he hecho por dos razones:

La primera, porque aparece escrito "Cristián", y es la primera vez que lo veo. Sí, con la tilde en la "a". En realidad es así como debiera escribirse, porque así es como se pronuncia en castellano. La otra manera de escribirlo: Christian, cuya pronunciación es igual a la otra. La segunda por el texto que pone debajo del nombre: "del latín, significa "Cristiano" (en esto, en mi caso se equivoca, jejejé, aunque, al estar bautizado, sin quererlo yo, estoy dentro de la secta). Chistoso y de risa fácil, es un encanto. Le gusta que las cosas se hagan a su manera, pero lo logra con amabilidad y persuasión. Las personas que elige como sus buenos amigos son muy dichosos". No sé, creo que por una vez, un texto de estos se acerca bastante a como soy, aunque la parte de los/as amigos/as, no soy el más adecuado para opinar.

Otra de las cosas que me da alegría es lo mucho que me quieren los yayetes. Siempre están las mujercicas diciéndome lo a gusto que están conmigo, lo amable que soy, lo cuidadoso, lo mucho que me preocupo por todos ellos… ¡Jo! Eso te hace sentir súper bien. Lo más bonito que me han dicho: "Christian, el primer día que te vi, cuando íbamos a coger el autobús, yo quería que me tocase contigo, porque al verte preparando todo, te vi una cara de simpatía, una alegría… y una mirada y una cara de buena persona… Y no me he equivocado. Si tuviese que volver a elegir querría que me tocase contigo". ¡Buf! Casi me echo a llorar de la emoción. ¡¡¡¡¡Tremendo!!!!!

Nada, aquí estoy, escuchando a Mozart (ahora suena la Sinfonía nº 38 en re mayor "Praga", K504), mientras escribo a la espera de bajar a cenar que, por cierto, es dentro de siete minutos. Os dejo por hoy. Hasta mañana, supongo.

Jueves, un día sin ningún sobresalto ¡Por fin! Así que hoy, pues na' que contar, payos/as. Bueno, si no tomamos como extremo sufrimiento, en un viaje de 2 horas 15 min, escuchar 1h 15 min. jotas y la hora restante la tuna, podemos decir que el día salió redondo. Incluso he subido en el teleférico de Fuente Dé en un día soleado con unas vistas preciosas. Ya veis, sin contar el suplicio musical del autobús (que ya es suficiente, ya…), hoy no me ha ocurrido nada extraño.

Hoy una mujercica me ha dicho: "eres el mejor guía que he llevado en mi vida, y eso que he llevado muchos". ¡Ay, ay, ay! Me ha sacado los colores. Y eso que en este viaje hay momentos en que el ánimo se desvanece por la horrible compañía de un conductor mal educado y pesado como pocos ¡Qué ganas tengo de perderlo de vista! Pero, jejejé, me río un poco, suelto alguna de mis memeces varias y, en seguida, se anima el cotarro.

¡Buah! Hoy, como siempre que vamos a Fuente Dé he soltado mi charla de los osos y como el hombre, que ya los exterminó en Los Pirineos en su momento, lo sigue haciendo, y patatín y patatán… Pues, sí quillos/as, he recibido ovación, calurosos aplausos de gran parte del autobús como muestra de apoyo a mis palabras. Poco a poco, lo voy consiguiendo, voy concienciando a la gente del gran problema que hay (¡no más osas Paloma muertas!), y de cómo el oso ha sido injustamente acusado (y se sigue haciendo), de numerosos actos que no ha cometido. ¡OSOS LIBRES!

Por cierto, una mujercilla, desde que ha llegado no ha salido del hotel. No ha venido a ninguna excursión, lo juro. Se ha venido después de una operación de rodilla. No sé a que hora se levanta, pero se debe de sentar en una silla del porche del hotel y allí se pega todo el día hasta que llegamos. El día de Covadonga le pidió a medio autobús, y después al otro medio, que le hicieran fotos con una cámara desechable que ella portaba. Al final, consiguió que un amable matrimonio se encargase de ello. Al principio, iba a hacerlo yo, pues nadie se ofrecía; mas, afortunadamente, pude quitarme ese peso de encima, puesto que nunca sé si podré "turistear" o me dedicaré a preparar y organizar cosillas…

No, si lo que no me toque a mí, no le toca a nadie

Holaaaaa,

Estoy ya en Zaragoza, ciudad de Fiestas (del Pilar),

Mierda, no había caído en lo que me espera hoy: pregón, mogote de gente por todos lados, urbe de alocados peatones y conductores enfermizos, locos por legar al punto de destino cerrado al tráfico por las distintas actuaciones y espectáculos que se preparan por la calle.

Ayer me perdí, quillos/as. Me fui a hacer unas fotos por Isla, a no se sabe dónde, y luego no sabía muy bien dónde carajo estaba. Llovía, y cada vez más fuerte, así que llegué al hotel totalmente calado. Pero, bueno, todo sea por una buena causa: el CD de despedida que he preparado a los/as abueletes/as.

Y me voy al ciber a enviaros el mail, que ya es hora

19 de Octubre de 2006

Hola quillines,

Esta es mi semana de descanso ¡Yiiihaaa! Así que, hoy, en la tranquilidad de mi hogar, aprovecho para contaros mis nuevas desventuras cántabras, jejejé. La verdad es que esta semana no ha sido muy extraña. Sólo algún que otro fenómeno paranormal de esos que me van ocurriendo a lo largo de los días.

Bueno, bueno, lo que acabo de leer viniendo hacia aquí. Se va a rodar una película sobre mis cuatro tarugos favoritos. Sí, esos seres que aporreaban instrumentos y hacías canciones con dos acordes, pero que formaron uno de los grupos más gloriosos de todos los tiempos: The Ramones. ¡Yiiiihaaaa! Por lo visto, la van a realizar utilizando una biografía autorizada del grupo que realizó el hermano de Joey. Bueno, bueno, punkrockeros del mundo, estamos de celebración...

Y voy con mi semanita cántabra, esta vez, sin apenas sobresaltos.

Al principio, el grupo de abueletes resultó ser de lo más extraño. Muy poca compenetración entre ellos, muy serios, casi ariscos, en una lejanía que se hacía casi insostenible. Sin embargo, Miguel, el conductor, era un compinche más (que bien me lo he pasado con él). Fuimos una pareja idónea para salvar este obstáculo inicial. Al final, un grupo divertido, lleno de alegría y cercanía hacia nuestras personas. Y es que ellos/as no sabían que les iba a tocar de guía un majadero que lleva todos los días corbatas, que utiliza palabras como "chipitín" o que usa onomatopeyas como "tiqui tiqui", al tiempo que no puede frenar su estrambótica risa. Claro, los abueletes "flipados" con tanta locura de palabrería y risueña manera de hacer las cosas. Imaginaos a los/as abueletes/as, al final del viaje, diciéndome: "qué, aquí paramos un chipitín ¿no?" "Y luego, caminamos, así… tiqui tiqui". Jajajajá ¡Tremendo!

Sí que hubo alguno de esos días de Tierra trágame. Bueno… ¿alguno? Ahora que rememoro la semana me doy cuenta de que ha sido un poco caótica y que la diosa de la fortuna se ha puesto a jugar a la ruleta para ir variando el acontecer de sucesos a su antojo. El Miércoles fue nefasto. A pesar de ello, el grupo quedó contento. Si hasta me cabreé y todo (bueno, lo fingí, jejejejé). No, pero, hostias, hay cosas que desesperan. Comillas, 10.05 de la mañana, estamos haciendo la visita. Llegamos a una puerta que siempre, en las 4 semanas que había ido ya, estaba abierta. Adivinad como estaba: cerrada. No, eso sí que no. Que esa puerta te salva de dar una vuelta, al paso del grupo, de unos 15 minutos. Bueno, mi indignación era horrible. A pesar de ello y de perder un tiempo valiosísimo, la visita salió bien. Después, San Vicente de la Barquera. Y esto es para detenerme a pensar si he de presentarles un sacrificio a mis dioses, si subir al Monte Perdido con un carnero de peluche y decapitarlo expandiendo salsa de tomate por los suelos, cual ritual de súbdito oferente hacia sus seres sagrados. Cuatro semanas con el paraguas a todos lados. Veces utilizado: cero. El viaje pasado me lo dejo en el autobús al regresar. Me compraré uno, pienso. Llegamos a la localidad donde Bustamante dio sus primeros pasitos y llueve un chipitín, aunque, a medida que vamos entrando, parece que cae con más fuerza. Joder, y yo sin paraguas… voy a bajar a comprarme uno, que tiene pintas de que va a llover todo el día. Bajo del autobús y, al medio minuto, una agua… ¡Santa Barbara de los ojos abiertos! Caladito, caladito hasta las orejas. No es normal, no es normal.

Esa misma tarde, a Castro Urdiales y Laredo. Llueve, pero ya tengo mi paraguas, jejejejé. Llevo poco dinero. Ya sacaré, pienso. Veo un anillo de plata que me gusta un mogote y decido adquirirlo. Con la compra, me quedo sin el poco dinero que llevaba. Buah, no pasa nada, en Laredo sacaré pasta. Laredo, 7 de la tarde (y el Jueves, 12 de Octubre, fiesta), y El Pibe con su tarjetita en la mano. Teclea el dinerillo, la operación, encima, lleva comisión (las prisas del regreso al hotel y el no visualizar ningún cajero de mi banco), pero decide aceptarla. No hay ningún problema hasta que este pequeño hombrecillo observa perplejo y ya casi con desesperación como su tarjeta intenta asomar por la rendija pero no avanza… Sí, ya pueden reírse de él, su tarjeta fue tragada por el cajero. Esa es la situación: El Pibe sin un chavo, su tarjeta en un cajero de Laredo (a donde no volverá hasta dentro de dos semanas), y al día siguiente festivo. A su lado Miguel (el conductor) y dos clientas (clientes se les llama a los/as abueletes/as que llevas de pasajeros), le miran para ver que hace. Este extraño ser barbudo empieza a reírse, a desternillarse de risa, puesto que aprendió que es más divertido y sano convertir en comedia lo que podría presentarse como tragedia. Les hace gracias que este quillo se tome así de risueño las cosas.

Y el Viernes… vaya parrillada de Marisco gratis me zampé. Como "el Tenazas" nos pusimos Miguel y yo, como "el Tenazas".

En cuanto a mi propósito, a ese gran reto que me llevo entre manos, lo voy consiguiendo. Esta vez ha sido una taza de oso (aunque, por si acaso, ya había comprado un vaso de plástico con cabeza de oso). Creo que para la última entrega de mis días cántabros haré una foto con todos los artículos oseznos que he adquirido durante estos viajes. Para la última semana, ya he fichado un abre botellas con forma de oso, jejejejé. Además, en este viaje, una de "mis quillas" (esta no era jubilada, aunque poco le queda, sino que iba de acompañante de la suya mamma), me regaló una figura de un oso que vendían en la tienda del mirador del cable allá en Fuente Dé. Hasta regalucos rumberos me hacen ya… ¡Buah! Y una abueleta me va a dejar una corbata (según ella de seda) en la agencia de viajes para que me la den. Si es que soy un Humphrey…

Las citas de hoy, de La Dolce Vita otra vez. Así, para los próximos prepararé unas citas la mar de buenas (ya os enteraréis del libro), que ya ten subrayaditas…

"Tiene razón, yo estoy equivocado".

"¿Quién es la mama del Sol?"

Me voy a Bilbao, que me autoinvitado a casa de una quillita, jejejejé. Nada, en breves a ver a dónde puedo autoinvitarme... podéis ser cualquiera, jajajajá.

20 de Octubre de 2006

Hola, mis cuates,

Ya he regresado de Bilbo y he de reconocer que me ha gustado un porrón. Yo tenía un recuerdo de una ciudad más bien fea; pero, después de pateármela de cabo a rabo estos dos días mi concepto de ella ha cambiado. Además, tiene unas tiendas súper guachis, jejeje. Me he comprado unas chanclas de leopardo guapísimas de la muerte a un precio bien barato ¡oiga! Y una corbata de segunda mano… ¡tremenda! Tope sesentera…

El viaje, más bien corto. Acostumbrado ya al autobús, no se hace muy pesado, la verdad. Tan sólo cuatro horitas de na'. Un paseo, quillos/as. Luego, a Iurreta, que es donde vive ella, al ladito de Durango (la separa sólo medio río), localidad a la que siempre he querido ir, aunque sea sólo por el nombre.

El recibimiento de mi compinche y su familia no habría podido ser mejor. Que gente más maravillosa tengo la fortuna de conocer por el mundo ¡leñe! Jolines, no paraban de ofrecerme de todo desde el primer momento. Todo un sin fin de atenciones. ¡Buah! Y. encima, las que están contentas de que yo esté allá son ellas, porque dicen que no paro de transmitir alegría. ¡Ay, ay, ay! Na' si es que ya tengo ganas de volver para allá, jejejé.

Por otro lado, una compinche me dio la noticia (por "correo eléctrico"), de que va a ser mamma. Bueno, me caí de culo y, como mis huevos hace unas semanas, no reboté. Me quedé blanco y me crecieron greñas… Eso sí, anda que no me llevé una alegría del carajo ¡Quilla, que me haces tío tú también! El tito Pibe ha de ir a conocer a su nueva sobrinita: Laura. ¡Oe, oe, oe…!Buf, que emocionado estoy. En un periquete tres sobrinos, Dieguito (el de mi tato), Carlos y, ahora, Laurita. Na' na' que me está gustando esto de ser tío…

Y hoy sí que nos vamos a un libro de nuevo: José Saramago, Ensayo sobre la ceguera :

"Si antes de cada acción pudiésemos prever todas sus consecuencias, nos pusiésemos a pensar en ellas seriamente, primero en las consecuencias inmediatas, después, las probables, más tarde, las posibles, luego las imaginables, no llegaríamos siquiera a movernos de donde el primer pensamiento nos hubiera hecho detenernos. Los buenos y los malos resultados de nuestros dichos y obras se van distribuyendo, se supone que de forma bastante equilibrada y uniforme, por todos los días del futuro, incluyendo aquellos, infinitos, en los que ya no estaremos aquí para poder comprobarlo, para congratularnos o para pedir perdón".

Vamos, creo que si lo adaptamos a hechos que realizamos diariamente es más que acertado, como jugar un partido de tenis, marchar al cine, hacer el amor, comer un helado de chocolate, estudiar en la biblioteca de tu barrio, despotricar contra las cosas que no crees buenas o saludables, correr por la calle... Otra cosa es que sean actos que sí nos han advertido de sus posibles consecuencias, porque entonces sí que habría que sopesar si llevarlos a cabo o no, incluso muy seriamente.

24 de Octubre de 2006

Hola mis cuates,

Ya estoy aquí, en Santoña, en mi bar favorito: tiene WI-FI, una camarera colombiana la mar de maja, cervecita sin alcohol de grifo (como molan lascañitas) y, a veces, buena música. Así que, en este contexto tan agradable, aprovecho para contaros mis cosillas cántabras.

Esta semana es un poco extraña, porque puede que sea (lo más seguro) mi última semana por estas tierras como guía tarado del mundo mundial. Bueno, quizás con la imserso toque venir para acá, aunque si al final curro en esto puede que me toque Extremadura… Que lejos ¿no? Así que, por si acaso, voy despoidiéndome de toda esta gente maravillosa que voy conociendo. Voy a ir recapitulando:

Ayer, Domingo, me despedí de un hombre la mar de majo ¡carajo! Tiene un kiosko en el faro de Santander, allá en el Cabo Mayor. El tipo se ha cogido un buen rollo conmigo del carajo. No dejo de asombrarle con mis corbatas (siempre diferentes) y con la alegría que siempre lo saludo. Así que lleva tres semanas seguidas regalándome (aunque yo le insista que no), chapas de Cantabria. Lo extraño es que, a pesar de ser chapas-recuerdos, son bien chulas. Se me despidió deseándome lo mejor, verme de nuevo por allí, y lo hacía con una amplia sonrisa difícil de olvidar, al tiempo que alzaba el puño cerrado en alto.

Hoy me ha tocado el turno de las guías de Cabárceno, sobre todo de Belén (quien me tocó las tres primeras semanas), una quilla la mar de maja con quien, de tanto coincidir, surgió un compañerismo espontáneo muy bueno. Hoy, que me ha tocado Lara, me dice: Belén me ha dicho quién eras: ese guía que habrás visto muchas veces, con corbata, y que es súper majo y simpático. Claro, de Belén sólo puedo pensar lo mismo: esa quilla tan maja, mi súper guía favorita de Cabárceno. Así que, de despedida, le tuve que entregar un pingüino (otra persona que forma parte de mis proyectos entusiastas), que le ha hecho una ilusión tremenda. Me dice: jolines, eres el chico de los regalos, porque a Ramón le diste una chapa ¡anda que no se quedó contento! Ay, que penita despedirse de una gente tan encantadora…

El recibimiento en el hotel de Santoña fue fabuloso. Cuánto júbilo me invade cuando llegas a un sitio y se alegran de verte de nuevo por allá. El conductor, se quedó atónito y me dijo: cuánto te quiere la gente, tío. Allá donde vas no paran de alegrarse y tratarte súper bien. Yo le contesté con ese desparpajo que me caracteriza (mientras por dentro me río de mis memeces): es que me hago querer, jejejé. La verdad es que la camarera del comedor (una chica rumana bien guapetona), Aida (la dueña), Rafa (el dueño)… son la mar de majetes. La otra vez al irme les tuve que hacer un pequeño presente por lo bien que se portan y el "mal que les doy". Allí lo tienen, en el mostrador de recepción…

Esta vez el conductor mola. Es joven (de mi edad) y tenemos algunos gustos musicales parejos. En el bus nos echamos unas risas y ayer estuvimos tomando algo por ahí después de cenar. Eso sí, debe ser más raro que un perro verde y muy maniático ¡glup! Ya hemos decidido que el Viernes nos iremos un rato de juergui a los bares que conocí la otra vez. Na' si es que, al menos, intento montármelo bien.

Bueno, ayer de nuevo al centro de salud de Santoña. Me quedé fuera porque me daba hasta vergüenza. ¿Qué pensará el médico? Seguro que piensa: ya está otra vez este guía, mira que es gafe, siempre por aquí. Esta vez, para inyectarse no sé qué un abuelete. Al menos no es algo grave o que le ha pasado aquí. Menos mal, parece ser que las aguas se calman un poco.

Bueno, sólo un poco. Llevo un grupo… Son majetes, pero, hostias, ¡tienen una mala uva! Son súper quisquillosos y se quejan de todo, hasta del suelo de uno de los miradores de Cabárceno: que si no es liso, que a ver si lo cambian, que si llueve en Santander (y por eso vaya mierda de excursión), que el acceso al hotel no es bueno (si lo llego a saber no vengo), que si… ¡Buah! Armadito de paciencia estoy. Ya les dije ayer: Si se quejan o protestan que sea una queja constructiva, que sirva para mejorar y, por favor, no me levanten la voz porque yo no se la voy a levantar a ustedes. Además, no se enfaden, porque así sólo salen perdiendo ustedes por no disfrutar del viaje.

Os dejo, que ha llegado mi súper compañero Manolo, el más sabio del mundo (lo utilizaré como comodín del teléfono en Quiero ser Millonario)

La cita. Segumos con Saramago y su Ensayo sobre la ceguera:

"Si no podemos confiar unos en otros, adónde vamos a parar".

Que razón tiene…

31 de Octubre de 2006

Hola, quillos y quillas del planeta Tierra (como no conozco a nadie de otro planeta…)
Ya estoy aquí de nuevo. La verdad es que esta semana está siendo muy tranquila. No ha ocurrido ningún extraño suceso de flores y esmeraldas, ningún percance entre las marismas de Noja y Santoña, ningún acontecimiento más allá del acá…
Sigo comentando, bip, bip, bip
Con el conductor, como ya os comenté, está vez (al igual que con el anterior), la cosa ha ido sobre ruedas (nunca mejor dicho, jejejé). Es majete y, por las noches, nos pegamos en el bar (no bebiendo, mal pensados/as), hasta buenas horas de la noche. Nos ponemos a cascar, y se nos juntan Rafa (el dueño) y Cristina (la camarera), y se nos hace siempre tarde. Nos echamos unas risas, hablamos de temas serios, de música, de cuestiones de la vida… Ayer, me dijo: "Me alegro de haber coincidido contigo en el viaje. Me has hecho reaccionar, estaba como aletargado, y me has hecho despertar, volver a plantearme algunas cosas. No me has hecho ver las cosas de otra manera, porque eso ya lo hacía; pero, hacía tiempo que no me daba cuenta de que había dejado de hacerlo. Gracias, porque me has despertado" Jejejé, siempre dando mal por el mundo, no tengo remedio.
Bueno, "por aguantarme" que digo yo, le he grabado Macaco, Gentleman, Cañaman, los Red Hot Chili Peppers, Juanes, Carmén París, Peret (con Macaco, Ojos de Brujo, Amparanoia, Dusminguet, el Gran Silencio…), Elefantes, y el tío está más feliz que todos juntos. No para de agradecérmelo. Me dice que no soy como los demás, lo que no sé si es bueno o malo, jejejé. Bueno, estos eran los CD's que les poníamos a los abueletes en el autobús.
El otro día, en Laredo (me encanta ir a esta horrible localidad de turisteo loco ya que disfruto en su Puebla Vieja), me compré una especie de flores-pelotas hechas con no sé que material. Al ir hacia el autobús, y como es mi semana de despedida, di marcha atrás y regresé a la tienda. Compré tres flores de esas más para "mis chicas": una para Aída (dueña del hotel), Cristina (la camarera del bar) y ¿? (esa súper camarera del comedor con un extraño nombre rumano). Por otra parte, a Rafa (el dueño), le grabé el CD doble de los Red Hot Chili Peppers. Me encanta hacer estas cosillas porque dan vida. Pues ayer, al llegar de la excursión, me llama Aída tope seria y me dice: ven aquí. Yo, acojonado perdido, me acerco con ella hasta la cocina. Me entrega una bolsa. Modas Laura, ponía en ella. La abro y miro en su interior: una corbata. ¡No jodas! Me han regalado una corbata bien bonita, "para que te acuerdes siempre de nosotros", me dice. ¡Buf! Qué emoción, casi me salen lagrimillas por los ojos y todo…
Todo esto anterior, lo escribí ayer (Viernes). Hoy, ya es Sábado, recién llegado a Zaragoza (ni siquiera he deshecho la maleta), y voy a seguir contándoos cosillas.
Como he comentado, con el conductor, guachis. Ayer de nuit nos fuimos de marchuqui. Santoña es curioso, porque es un pueblo de unos doce mil habitantes. Pues, en un sitio tan chipitín, hay algo así como tres bares donde ponen música cañera: Jimi Hendrix, Led Zeppelín, AC/DC, Ramones, Who, Rolling Stones… Así que está muy bien para salir a tomar algo. Lo malo, que hay poca gente. Ayer empezamos por el BBT, donde, al despedirnos del dueño, nos invitaron a un tequila. Después fuimos al Café Pop de Moe (o algo así), con musiquilla como la comentada, Al final, acabamos hablando con la dueña, una quilla que yo ya conocía porque trabaja en una copistería por las tardes, y nos puso a los Bellrays para deleitarnos un poquillo los oídos. Mientras, un quillo nos comentaba la posibilidad de hacer excursiones guiadas por el monte Buciero viendo las aves migratorias y esas cosas, totalmente gratis. Jejejé, soy un "repajolas" del carajo.
¡Buah! Y antes, por la tarde, nos fuimos a repostar y, de regreso, paramos en Noja. Joder, escuchando Gentleman a todo trapo, la gente lo flipaba. Allí pasé a saludar a Emilio (quillo que trabaja en el hotel donde me hospedé en el primer viaje), y después a Rebeca y Eli (dos payas del hotel donde estuve la última vez). ¡Que alegría se llevaron! Salieron corriendo del hotel, sin mirar (podrían haber atropellado a una), a darme unos abrazos y unos achuchones… incluso la dueña del hotel me pidió que volviese por allá, pero con corbata (si no, que ni se me ocurra).
Adivinad lo que me ha consultado hoy un abuelete. Me pregunta que hicimos ayer por la tarde, a lo que contesto: fuimos a repostar. ¿Seguro? Me pregunta. ¿No iríais a desahogaros? (Guiño con el ojo) No, se lo aseguro (pongo cara de "no me jodas, payo"), no fuimos a eso. Fuimos a repostar para poder volver a Zaragoza… ¡Buf! Hay cosas que me superan. ¡Cagon to'!
Y hablando de los abueletes: muy raros, payos/as. De verdad, totalmente inaccesibles. Y cómo hablaban, no paraban… En una ocasión, me callo, hago un silencio, y digo con voz de suspense: "a veces, oigo voces". Javier, el conductor, muerto de la risa, jajajá. Bueno, aunque en la despedida me han hecho saber que he sido un guía genial y que quieren volver a coincidir en un futuro viaje conmigo. Todos no, no os penséis. Hay seis que me la tienen jurada. En el cuestionario: guía: mal; explicaciones en ruta: mal. Nada, nada, y todo porque no les acercábamos a Fabara (no los recogimos allí, sino en Maella), cuando no puedo hacerlo si no lo pone en la hoja de ruta o el programa. Nada, incapaces de comprenderlo. Lo mejor, superar mi reto: un abuelete, el primer día, quejándose de todo, protestando por todo, como si yo tuviese la culpa (de veras que me achacaba la culpa de todo a mí). Pues he conseguido que se vaya feliz, que me diese la mano con una sonrisa en su cara y dándome las gracias por todo. Eso sí que es ser la leche, jajajá.
¡Es tremendo! El Jueves fuimos a Santo Toribio de Liébana. ¿Adivináis con lo que volví de allí? Un diploma acreditativo de haber llegado como peregrino al Monasterio y haber venerado el Lignum Crucis con motivo del Año Santo. Jajajá. Joder, sólo vale tres euros y te lo sellan y todo ¡No jodas! ¿Venerar yo el Lignum Crucis? Pero si las dos veces que he estado delante lo único que he hecho es preguntar al cura cosas del trozo de madera y de la pieza de orfebrería que la guarda ¿Peregrino? Si he llegado siempre en autobús hasta la puerta. Me parece una gran falta de respeto para aquellos que peregrinan hasta allá con el esfuerzo de las caminatas diarias y, también, para aquellos que creen y tienen fe. Tres euros…
Por cierto, he comprado un libro de historia de la filosofía que tiene muy buena pinta. Sí, quillos/as, es un libro en el que, por fin, no trata a los sofistas como esos seres despreciables que cobraban por enseñar (y te lo dice un profesor en clase, jejejé),sino como grandes intelectuales, y que no ensalza la figura de Sócrates como ejemplo a seguir por morir por defender sus ideas (recordemos que estas ideas eran las de algo parecido a un golpe de estado para imponer los gobernantes), sino como la de la figura de un ser procesado que, como a todos, le daban opción de salvar el pellejo a cambio de un castigo material. Como éste propuso una cifra de dinero irrisoria (consciente de que así "defendía" su inocencia, al saber que sería condenado), los jueces se enfadaron y le dejaron la pena de muerte. Ya os iré contando, ya…
Mi reto con los osos ha sido más que cumplido. No sólo he conseguido, esta semana, un imán, sino también, un abrebotellas, un oso para el móvil (una de esas cosas que llevan un cordel y se atan al teléfono), y dos libros sobre los osos. Y, como no, volví a darles la chapa con mi discurso en defensa de los osos. Como bien está escrito en una señal de tráfico: OS.O.S.
Ahora toca incertidumbre laboral ¿Qué va a pasar con mi vida? ¿Me llamarán de la otra agencia para trabajar con la IMSERSO? ¿Tendré que empezar a buscar trabajo otra vez? ¿Me dedicaré a "hacer el vago" porque no encuentre nada? ¿Tendré que huir porque los cazadores furtivos me están pisando los talones? ¿Volverán las oscuras golondrinas? ¿Será algún día, como fue declarado el fútbol, el tiro con arco de interés general? ¿Hará un buen disco Bustamante alguna vez? ¿Volveré a dejarme patillas en negativo?
¡Toma! Me acaba de llegar un mensaje del conductor, que me dice que no me olvidará nunca y que no cambie nunca. Y me llama gurú. ¡La bomba!
¡Llevo un trancazo del carajo! Cada vez que toso, me arde el pecho, la cabeza la llevo como un peloto y la garganta irritadísima de la muerte. Mal plan para ser un Sábado y empezar una semana (como mínimo), de festividad laboral. No sé que hacer: irme a Madrid a ver a Javi o irme a Bilbao a ver un concierto de reggae de la leche y, de paso, darle mal a Patricia. Lo mejor, distribuirme y hacer las dos cosas, jajajá.
Bueno, y como es tradición, la cita correspondiente. Seguimos con Saramago:
"Hasta en los peores males es posible hallar una ración suficiente de bien para que podamos soportar esos males con paciencia".
Y, ahora, viene una mandada por Isabel. Se trata de una cita de Alphonse de Lamartine. Así me gusta, que participéis:
"No todos los que razonan llevan la razón; los razonamientos son infinitos y la razón es sólo una"
Bueno, me despido ya. Creo que me iré a Bilbo (si puedo gestionar el viaje y la compra de entradas y el alojamiento…) y, quizás, después a Madrid. Es un buen plan, jejejé.

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